En mis últimas entradas hablaba un poco de mi deseo de curarme.
Yo tenía una dosis de medicación que aumenté un poquito hace un par de años, por un sentimiento puntual, y no había podido volver a bajar. Para ser más exactos, la diferencia es medio mililitro.
Hace como un mes o dos decidí volver a bajar ese medio mililitro. Fui muy despacio, media raya de la jeringa por semana.
Ya estoy en la dosis a la que quería llegar. Ayer amanecí muy contenta. El trabajo me puso un poco de mal humor y luego me puse de peor humor porque mi marido me reclamó unas cosas domésticas y discutimos.
Tiendo a pensar que si vuelvo a subir ese medio mililitro será más fácil llevar la vida.
Tiendo a la vez a pensar que será una experiencia necesaria para mí transitar el bajar la medicación y lidiar con lo que lidian las personas que no se asisten con medicación.
Quiero saber lidiar con la vida. Siempre he sido muy sensible y, con o sin medicación, tiendo a llorar con las discusiones y en situaciones difíciles (aunque jamás me permito hacerlo delante de personas que no considero de confianza).
Si no fuera por sentirme obligada a cumplir en mi empleo, todo me parecería más manejable.
Quiero renunciar, pero no he encontrado otro que me pague por hacer las 4 cosas que sé hacer. Tampoco he encontrado nada que me interese. Quiero hacer proyectos propios, esos sí me interesan.
Ojalá fuera más fácil obtener el dinero mensual que necesito para mantener mi estilo de vida.
Perdonad por escribir mis pensamientos así, sin esforzarme demasiado por hilarlos. Bueno, no tengo que disculparme. En mi blog soy libre, sobre todo porque es anónimo.
Necesito vacaciones, pero más que eso quisiera renunciar y no verme obligada a nada en la vida.
Necesito descansar y hacer lo que quiera.
Será que estoy deprimida? El reclamo de mi marido es que no ayudaba con ninguna labor doméstica.
Nunca me han interesado demasiado las labores domésticas, pero es verdad que a veces tengo más energía y hago más.
Tampoco me interesan demasiado las labores de mi trabajo.
Me pediría la baja, pero no estoy mal, sólo algo rebelde.
No quiero subir el medio mililitro. Creo que no tiene que ver con como estoy, creo que no cambiará el hecho de que mi trabajo es una caca ni el hecho de que me falte energía para lavar los baños, por ejemplo. Creo que me sentiría todavía con menos energía si subiera la medicación.
Quiero relativizar. Quiero ser capaz de ver el trabajo como algo objetivo y que no me moleste hacerlo. Pero la gente…. Las cosas urgentes…. La burocracia…. Y mi falta de interés que hace que me sea difícil aprender las cosas nuevas que hay en el trabajo, que me sea difícil prestar atención en las reuniones.
Ojalá pudiera renunciar feliz.
Lavaría los baños de mi casa con gusto cada semana.
Llevaría y buscaría a mis hijas y asistiría a las reuniones del colegio.
Daría energía a los proyectos tecnológicos que tengo y los sacaría adelante.
Cosas de estas las debería hacer aunque no renuncie. Pero siento que el trabajo me estorba. Creo que hay muchas cosas tóxicas en él.
No quiero estar condenada a subir la medicación solo porque tengo un trabajo-caca.
Me tienen comprada desde hace varios años, no he encontrado quien me pague como ellos. Me siento atrapada. Me siento desmotivada. Siento que llevo años sin aprender nada que valga la pena (solo lo que aprendo por mi cuenta para mis proyectos).
Quiero que mis proyectos den dinero y no me creo que algún día lo hagan. Estoy atrapada entre mis propias limitaciones mentales.
A pesar de todo, siento que estoy menos intoxicada gracias a ese medio mililitro menos.
Siento que la audiencia me va a decir que suba la dosis, pero no quiero.
Hay tantas cosas que no quiero…. Y tantas que quiero….
Quiero sentirme bien. Estuve hoy en la mañana en un parque, haciendo un movimiento intencionado por modificar la química de mi cerebro con pensamientos y emociones más alegres. No lo hice muy bien. Lo voy a hacer más.
La semana que viene tengo vacaciones. Creo que aguanto hasta ese entonces. No sé cómo me voy a sentir cuando toque volver, intuyo que mal. Debo trabajar mi actitud.
Puede sonar a desvarío todo esto, porque escribo sin filtrar mucho. Escribo para desahogarme. Aunque no lo parezca, todavía pienso bien, tengo mente analítica.
Bueno, el Teams de mi ordenador del trabajo suena y debo atenderlo (tiene un rato sonando).
Ya les iré contando.
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