Mis dudas

El tener trastorno bipolar después de tantos años del diagnóstico y con tantas experiencias vividas me hace a veces dudar demasiado de mi propia cordura y capacidad de juicio.

Hace unas semanas escribí el artículo “mi voz interior”, donde hablo de que redescubrí la voz que llevo dentro, y empecé a dejar de querer ignorarla, haciendo en cambio que fuera más amable conmigo y convirtiéndome, en la práctica, en mi mejor amiga.

Pues en estos días esa voz se ha desvanecido un poco y ha cambiado por una sensación de no querer hacer nada. Tan feliz que estaba yo creyendo que cualquier asunto psicológico que tuviera se iba a resolver hablando con mi voz interior…. Pero se volvió más intangible la voz, ya más que escuchar empecé a sentir desánimo.

Y es cuando viene mi duda de si todo lo que creí descubrir antes era simple efecto de la bipolaridad, o simple ingenuidad propia de una persona que procura mantenerse abierta a aprender y descubrir constantemente.

La duda me hace ver lo de la voz interior como un posible delirio…. Bueno, aunque, si quiero ser responsable y seria conmigo misma, creo que no puedo estar cortándome las alas con cualquier pensamiento poco terrenal que tenga, debo permitirme eso, porque ahí me siento bien y encuentro belleza.

Creo que hay cierto sesgo cuando me evalúo a mí misma, porque meto el factor bipolar y entonces me descalifico en ciertos aspectos. Y ¿saben qué? Que pienso demasiado, me evalúo demasiado, y eso era lo que trataba de evitar al hacer que “mi voz interior” fuera más amable.

Creo que voy a tener que trabajar más a fondo lo de tratarme bien. Ya esto viene de hace tiempo, me di cuenta hace ya meses de los beneficios de tratarme bien y ser mi mejor amiga, ya que soy la única persona que está todo el tiempo conmigo.

Creo que hay algo por dentro que trabajar un poco más. Ya estoy bastante bien conmigo, de verdad que he avanzado, pero hay algo que queda que tengo que ver qué es. Me decía una amiga el otro día que todos necesitamos querernos más, y sí, querernos más incondicionalmente y sin juicios.

Yo he trabajado últimamente en esa dirección, y me está ayudando «meditar» con este playlist de vídeos de El Método Silva (modernizado por la gente de Mind Valley y que está muy bien). Luego hablaré más de ello, pero por lo pronto puedo decir que dejé de fumar y estoy empezando a adelgazar con una de sus técnicas (Los vídeos con título «las tres escenas»):

Esta es la lista de Youtube, espero que la disfrutéis tanto como yo: https://youtube.com/playlist?list=PLidBZhmo2rX8LMOSpHMM-TPwY5Hz5SBiX

Me cuesta un poco volver a escribir en el blog, perdí el hábito y ya no sé de qué escribir, pero con un poquito de empeño creo que lograré retomar el ritmo y llevaros contenido que ojalá os aporte!

Hasta la próxima!

Anuncio publicitario

Una nueva amiga

Ayer estuve en casa de una nueva amiga a la que conocí a través de otra amiga.

Ella es psiquiatra y alguna vez me vio como paciente, aunque ella no se acordaba. Tiene dos hijas y ayer fui a su casa con mis dos hijas. Fue un poco un riesgo que corrí, la llamé hace poco para recordarle que hace muchos años me había visto como paciente y para preguntarle si me podía ver de nuevo. Fue muy abierta y me dijo que, como estamos en el mismo grupo de amigas, mejor me fuera a su casa con mis hijas y ya le contaba y hablábamos.
¡Hablamos de todo! De mi trastorno, de medicación, de altas capacidades -ella y sus hijas son también de altas capacidades!
Las niñas se lo pasaron fenomenal, y nosotras también. 
Yo tenía la idea de que los fármacos en psiquiatría funcionaban casi por casualidad, que se sabía muy poco sobre el cerebro y todo era prácticamente ensayo y error. Ella me sacó de mi ignorancia, me enseñó un libro súper grueso, con muchas ilustraciones de los neuro transmisores y cómo cada fármaco actúa sobre ellos, los distintos circuitos que hacen los neuro transmisores en el cerebro… muchas cosas interesantes.
En fin, que sí se sabe mucho del cerebro y cuando el psiquiatra receta un fármaco sabe el efecto que va a tener y los receptores del cerebro que se van a inhibir. Es un gran alivio saber esto. Yo fui con la idea de que me dijera que me iba a hacer más exámenes para confirmar si yo tenía trastorno bipolar, que me dijera eventualmente que me iba a recetar otra cosa, algo como el Topamax, que adelgaza.
Pues no, me dijo que estaba de acuerdo con lo que ahora tomo, que tal vez probaría con uno que suele regular más los picos hacia abajo, pero que cuando una medicación funciona bien con un paciente es mejor dejarla así.
Yo no sé mucho de los tipos de trastorno bipolar, pero ella me dijo que yo no tenía el tipo 1, que tenía más bien hipomanías, no manías fuertes. 
Me habló de la importancia del cortex prefrontal, que es la parte del cerebro que utilizamos cuando hacemos uso de la fuerza de voluntad. Que yo lo he aprendido a utilizar cuando hago esos tratos conmigo misma de estar alerta y aumentar un poco la medicación si me siento rara. Que es importante utilizarlo para hacer las cosas que quiero, para tener disciplina para hacer ejercicio y no excederme con la comida.
Le dije que tengo épocas en las que como más, pero no tengo registrado qué es lo que me produce esa ansiedad. Me dijo que estuviera pendiente la próxima vez para identificar qué es exactamente lo que me causa la ansiedad que me hace comer mucho.
Fue una tarde muy enriquecedora! Pudimos hablar a tantos niveles y de cosas de las que solo he hablado con amigas con las que tengo muchos años de amistad, amigas de la infancia. Me habló también de cosas personales de ella, proyectos, ilusiones, frustraciones.
No me pasa a menudo encontrar buenas candidatas para buenas amistades, y menos a esta edad. Estoy muy contenta con este hallazgo y hay otras amigas en el grupo, así que, aunque no necesariamente hablaré de cosas tan privadas con todas, me estoy abriendo a un grupo de mujeres de mi generación, profesionales y con familia, con muchas cosas en común, y eso siempre viene bien!
Me estoy conociendo más, aceptando más, entendiendo que sé lidiar con mi condición de salud, que mi voluntad es mi mayor fortaleza y sabiendo ejercerla puedo llegar a donde quiera.
He llegado hasta aquí en gran parte gracias a la psicoterapia. Gracias a mí misma, pero muy apoyada por las dos psicólogas que he tenido durante mi vida. Apoyada también por los psiquiatras, a ellos me cuesta más agradecerles, pero sin duda una buena medicación ha sido vital para superar esta condición.
¡Estoy contenta!

Yo en el universo

Todo empieza cuando me pongo alegre, voy estando más sociable y centrada, hasta que llega al punto donde soy la persona que quiero ser, mi ideal de persona inteligente, sana y alegre.

Por experiencia pasada, cuando me doy cuenta de este estado ideal, me da un poco de miedo y empiezo a estar más alerta a mis propios pensamientos, sensaciones y emociones.
Empiezan a venir recuerdos de la infancia, o del año pasado, o de ayer, o de hace un momento. Yo empiezo a armar un puzzle, ideas que convergen, algunas de ellas cobran sentido.
Esta vez salí de la oficina, al aire y al sol de afuera. Observaba, pero tranquila de saber que mi comportamiento no saltaba a la vista. Sabía que escuchaba: hojas de árboles, conversaciones, aire movido por personas desplazándose. Sentí mi alrededor y me sentí conectada a él.
Esto en mí es una sensación que asusta, tal vez por mis antecedentes. Siempre se habla de que todos estamos conectados, y quien quiere creerlo hace un acto de fe. Yo no necesito fe, yo lo he sentido.
No sé si hay personas que lo sientan todo el tiempo. Yo no. Pero cada cierto tiempo tengo esos momentos de “awareness”, y los disfruto hasta que mis pensamientos se aceleran más de la cuenta y viene la desilusión de necesitar unas pastillas para mantener una vida normal.
Está bien, lo acepto, uso las pastillas. Pero algún día no las necesitaré. 
El otro día fui a ver a una señora especialista en altas capacidades. Me habló un poco de lo que se trata ser una persona “de altas capacidades”. Somos personas que, de acuerdo a la convención, tenemos un coeficiente intelectual igual o mayor a 130. Este punto es un poco arbitrario, pero lo cumplo.
Supuestamente somos personas diferentes al resto. Esto me cuesta creerlo, pero las características que me dio me hacen pensar que sí soy diferente. Personas sensibles, de pensamientos muy activos, curiosas, que a veces se obsesionan con algún tema y dejan de dormir por ello.
La verdad es que en un par de momentos sentí desconfianza. La siento ahora: ¿y si me está describiendo características que cualquiera tiene para hacerme creer que soy especial y meterme en algún tipo de secta? Esto mejor se lo pregunto a mi marido.
Me gustaría estar descubriendo que soy especial, que cualquier problema de socialización en la infancia se debió a que en realidad era diferente, pero diferente bien. 
Me gustaría que asumir que soy “superdotada”, aunque suene a insulto de primaria, y esto me ayude a entenderme y buscar realización a través de explorar mis intereses.
No es que no haya buscado realización antes, pero esto me puede dar una nueva perspectiva y ayudarme a conocer mejor las dificultades que podemos tener las personas como yo.
Por ejemplo, la búsqueda de la perfección. Yo no me había dado cuenta, pero soy más perfeccionista de lo que pensaba. Aunque no se note el perfeccionismo desde afuera, a veces por dentro soy poco tolerante a mis propios errores.
En fin, estoy convencida de que voy a utilizar mi mente y mis pensamientos a mi favor, en lugar de enfrascarme en miedos y emociones negativas.
Continúo hablando de mi conexión con el mundo: me siento parte de la naturaleza, del universo, de la humanidad. Y siento que me muevo como un pez en un cardumen. Y siento que somos todos y todo parte de un ser vivo, de algo más grande. 
Y suena trillado, y es normal que suene trillado, porque no soy yo la única que ha sentido y escrito sobre esto.
¿Cuál es mi problema? Uno de mis problemas es la paranoia. Sentir esta certeza de ser parte de algo grande (me gusta llamarlo Dios), me asusta. Además me asusta despertar del awareness y que me digan que todo lo que siento es mentira, que yo me diga que es mentira.
La vida es verdad. Está demostrado para mí. Mi vientre me lo recuerda, porque ha dado vida. Es maravilloso, y no porque lo vivamos todos deja de ser especial.
¿Por qué lloro escribiendo esto? ¿Por qué me emociona tanto? No lo sé.

(Si te ha gustado o te identificas de alguna manera, comparte)

Topiramato o Topamax para el trastorno bipolar ¿opiniones?

Queridos lectores, escribo porque estoy un poco desesperada con mi peso.

Hace unos 3 años que estoy tomando una combinación de Clopixol con Trileptal y he pasado de tener tendencias maniacas (que aunque son poco convenientes son bastante entretenidas) a tener tendencias más bien depresivas… nuevas para mí y que me resultan tediosas e insoportables.

He aumentado un montón de peso, mi autoestima ha bajado, me deprimo a menudo los fines de semana, no al punto de pensamientos suicidas, pero sí lloro y estoy sin querer hacer nada, lo cual es molesto.

Últimamente se me ha metido en la cabeza cambiar de psiquiatra y de medicamento e irme con alguien que me recete Topamax (mi psiquiatra no quiere recetarme Topamax, dice que no está indicado para el TB).

Yo sí he oído que el Topamax está indicado para el trastorno bipolar, una vez otra psiquiatra me la recomendó, y además es el único medicamento de este tipo que adelgaza.

Estoy muy tentada a hacer este cambio drástico… ¿alguien me puede hablar del Topamax?

¡Gracias de antemano!

Salir a jugar

Hay gente que no puede estar sin hacer nada

Yo sí puedo

Hay gente que no puede leer en el salón si sabe que hay platos sucios por fregar en la cocina

Yo sí puedo

Hay gente que no puede acostarse a dormir sin cepillarse los dientes

Yo sí puedo

Hay gente que no puede llegar del gimnasio y meterse a la cama sin ducharse

Yo sí puedo

Puedo más que ellos, pero más bien no puedo nada. Muchas veces no puedo ducharme, no puedo cepillarme los dientes, no puedo lavar ni limpiar, no puedo hacer nada.

Puedo escribir y llorar, pero eso no me saca del no poder. Quizá más bien me hunde más. Puedo pensar y ser víctima de mis pensamientos, y pensar sobre mis pensamientos y cuestionarme si es posible cambiarlos, y no creerme capaz de cambiarlos. Y disfrutarlos como disfruto la sensación en el cuerpo cuando me acuesto sin ducharme ni cepillarme.

“Eres una floja”. Siempre fui inteligente, pero floja. Y no me avergonzaba, pero era parte de ese sentirme sucia y diferente.

Y escribir esto me hunde más. Tal vez debería escribir de maravillas para alegrarme.

Escribir del amor y de lo maravillosa que puede ser la naturaleza, la inteligencia humana asomando en el lenguaje y las ocurrencias de un niño que se desarrolla.

Escribir de belleza, eso no me da ganas de levantarme a ordenar la casa, pero tal vez me ayude a empezar a salir del hueco.

Las cosas son como son, yo puedo influir un poco en una parte limitada de mi entorno, pero las cosas no son culpa mía. No puedo cargar con tanta responsabilidad. Dar ejemplo es demasiada responsabilidad, es bonito cuando sale natural, pero cuando ves cosas de ti que no te enorgullecen y no puedes evitar hacer o dejar de hacer….

Afuera hay un cielo espectacular y un sol esplendoroso. Voy a hacer el esfuerzo! Voy a salir! Que estos días no son todos los días, que las oportunidades volverán, pero nunca será la misma oportunidad del día de hoy.

No puedo vaciar mi cabeza de pensamientos basura, pero voy a dejarlos pasar, voy a ignorarlos. Voy a aplicar el mindfulness y la meditación: yo no soy mis pensamientos ni mis emociones, las miro y las dejo pasar.

Voy a salir a jugar.

Buzón de sugerencias

Hola, escribo este post para que en los comentarios me propongáis algún tema del que os interesaría que escribiera. No os aseguro que vaya a escribir de inmediato ni que vaya a escribir sobre cada tema que propongáis, pero me parecería bien escribir sobre algo que le me digáis vosotros mismos que os interesa.

Por otro lado, he jugado en mi mente con la idea de escribir un libro sobre bipolaridad, pero tengo que pensar qué puedo poner en el libro que genere suficiente valor como para que la gente lo quiera comprar. En esto también se aceptan sugerencias.

Gracias de antemano!

Mi día a día con trastorno bipolar

Una lectora me ha preguntado por correo cómo es el día a día de un bipolar. Escribí la respuesta de lo que es el día a día desde mi punto de vista, pero luego pensé que sería bueno compartir mi respuesta en el blog, así que aquí va:

Me cuesta pensar en diferencias entre mí y una persona “normal”, ya que me considero bastante normal.

Sigue leyendo

Y mientras tanto, disfruto

He estado high y me aumentaron la dosis, me siento mejor.

Mientras bajo, mientras me bajan de allí, sigo contenta. 

Siguen despiertas mis entrañas. Vamos, que siento, y siento como nunca. Y lo que parecía muerto en la depresión, vuelve a la vida y florece.

Mi marido no se queja, todo lo contrario… lo tengo contento. Yo también estoy feliz, estamos más compenetrados. Después de tantos años….

Es una relación bonita la que tengo con él. Él ha sido mi apoyo, pero en estos años que empecé a trabajar y a valerme más…. en mi mente yo le estaba buscando un lugar. Un lugar donde yo no depender de él, un lugar donde estuviéramos a la par.

Y poco a poco lo ha conseguido, poco a poco todo va encajando y voy estando más feliz.

Él ha sido muy importante en mi vida. Y en depresiones he pensado que mi falta de sensaciones podía ser la muerte de la relación. 

Y he sufrido, he sufrido mucho pensando en esa muerte… y en la muerte de mis propias entrañas. Tal vez por saber que he decidido que estas entrañas no darán más vida. 

¡Que vivan las sensaciones! Espero que sigan ahí después de terminar de bajar a la realidad. No tendrían por qué no seguir… son sensaciones que recuerdo de la juventud, y de no hace mucho. Son mías, es mi cuerpo, no hay derecho a dejar de sentirlas.

Sensaciones… espero que me acompañen siempre. Energía vital, espero que no me abandone.

Y espero que esto conviva con la normalidad, que pueda sentir, pero que también me pueda concentrar. Que pueda trabajar y enfocar mi mente. Que no sólo se vive de emociones, al menos yo vivo de la razón… con eso me gano la vida, por más aburrido que me parezca ahora.

Eutimia… sé que vendrá…. esta vez no lloré escribiendo, eso es buen síntoma! Viene la eutimia!

Si queréis, comentad. Me gusta leeros!

Lábil

Lábil, así me ve mi seco psiquiatra.

Lábil, primera vez que escucho esa palabra.

Pero existe, está en Wikipedia.

Yo que quiero ser feliz, escapar de la rutina, descubrir cosas de mí, mejorar mi vida… y viene este pajúo y me dice que estoy Lábil.

Le digo que me apetece tocar guitarra, y me pregunta si es algo nuevo que se me acaba de ocurrir o si he tocado antes. Pues toco desde los 15 años, y si no fuera así, qué?

¿No se me pueden ocurrir nuevos hobbies y aficiones?

Es como hablarle a una pared, no a un ser humano. Luego viene mi psicóloga y me pregunta por qué no le cuento más a mi psiquiatra cuando lo veo. Pues no! No merece más que mis monosílabos.

Pues sí, tengo trastorno bipolar. Y aunque eso no me define, no puedo ignorarlo. Tengo trastorno bipolar, y me amenaza cuando hay primavera, y está atento a mi estrés, a cualquier signo de debilidad… para venir a asustarme, para venir a joder.

Y no depende de mí, es mucha responsabilidad pensar que depende de mí. Yo sólo puedo tomarme mis medicinas y descansar… pero no me pidan que deje de escribir y de pensar… si no está en mi mano estar mejor, déjenme ser y reflexionar.

Qué bueno que estoy de reposo, fue buena decisión irme el martes de la oficina. 

No es fácil, no es fácil saber cuándo estoy exagerando y cuándo hay una amenaza real… cuándo estoy muy alegre y cuándo estoy Lábil…. coño’e su madre el psiquiatra! Lábil!

Paréntesis: Había estado ocultando en este blog que soy venezolana, pero lo digo ahora, se nota con algunas de las expresiones que estoy usando hoy. Espero no comprometer demasiado mi anonimato con esto… saludos a mis lectoras de Venezuela! 

Pues no, no es fácil estar entre tener que cuidarme y dejarme cuidar. No es fácil estar buscando en terapia crecer y sentirme más a gusto con mi persona, mientras tengo la amenaza de la manía.

Y bueno, ya que hay signos de alarma, aprovecho para decir las cosas más locas que se me ocurren:

Sueño con curarme.

Y es como un pecado mortal siquiera pensarlo… es el primer signo de que las cosas no van bien en mi cabeza. Porque debo conformarme, porque debo ser dócil y tomarme mi vaina, la medicina.

Pues sí, me tomo mi vaina. Mi vaina me salva y en este “episodio raro” no me he planteado no tomármela, de hecho yo misma me la subí un poco antes de ver al psiquiatra.

Aceptación.

No queda más remedio que la humildad de aceptar lo que no podemos cambiar.

Tengo reposo hasta el lunes. Espero estar bien el lunes para trabajar. Tengo que lograr pensar sólo en trabajo cuando esté en el trabajo. Pero de nuevo: depende de mí? Me subieron un poquito la medicación. Espero que sea suficiente para estar bien la semana que viene para trabajar.

Gracias por leer.

Aguantando un chaparrón

Estamos vendiendo un negocio y estamos perdiendo dinero.

Estaba furiosa. Me vine del trabajo. Estaba muy molesta por la impotencia de perder tanto dinero con el negocio.

Mi esposo y yo nos tomamos 2 botellas de vino.

Estábamos empezando a tener sexo, pero algo pasó. Terminé llorando mucho. Me dormí. Estoy despierta a media noche, confundida, con ganas de hablar con alguien.

¿Qué me está pasando? No estoy estable.

Quiero llorar hasta no tener que llorar más. Quiero hablar con alguien, pero mi esposo está dormido. Todos duermen.

Sola. Estoy sola. No pude estar para mis hijas hoy.

¿Qué me pasa? ¿Qué coño me pasa? No me sentó bien el alcohol. Pero ya mi mal humor venía de antes.

¿Será que no sé manejar la frustración? Nunca sé si soy yo o mis neurotransmisores. Bueno, ellos son parte de lo que soy… creo.

Echo de menos a mi yo alegre. Empieza el fin de semana y siento que me voy a sentir así todo el fin de semana, que va a ser domingo por la noche y no lo voy a haber disfrutado, y no voy a estar lista para volver a trabajar el lunes. Me tiene harta tener que trabajar.

Mis niñas me necesitan, y no sé si doy la talla como mamá. ¿Mis niñas me necesitan?

No puedo dormir.

No me gusta mucho usar mi blog como un diario, pero no tengo a quien escribir ni con quien hablar a esta hora. Perdonen, no es un artículo interesante.

Inútil. Me siento inútil. Mi hija menor tiene fiebre y ahí está mi esposo cuidándola. Y yo, yo quiero estar en un cuarto oscuro llorando hasta que se me pase.

Acaba de venir mi esposo, quiso que yo le midiera la temperatura a mi hija y no quise. Es como si quisiera revolcarme en mi mal sentir. Tocar fondo para impulsarme hacia arriba, pero me temo que no hay fondo… tendré que nadar.

Me gustaría dormir y mañana sentirme bien, pero no lo veo. No veo dormir. Sentirme bien, sé que en algún momento me sentiré bien… es lo que siempre pasa, aunque no sé cuándo ocurrirá.

Habrá que aguantar este chaparrón.

Adiós.