La Primavera la Sangre Altera

Yo soy de Venezuela, país tropical sin estaciones marcadas como en otras partes del mundo.

Cuando llegué a España, a mis 29 años, y me vi las primeras veces con mi actual psiquiatra, me comentó que estadísticamente los pacientes psiquiátricos suelen recaer más en primavera y en otoño.

No me dio razones, creo que no se conocen demasiado, sólo cierta evidencia empírica que hace pensar que tal vez el cambio en las horas de luz o en el clima, pone a la gente más alterada.

Bueno, yo en primavera suelo experimentar un subidón en mi estado de ánimo, también una mayor sensibilidad, tanto de mis sentidos como de mis emociones. Hasta el último año, había sido la primavera época de alegría pero también de que saltaran mis alarmas y me preocupara por sentirme al borde de la hipomanía o de un brote psicótico.

Digamos que por lo general soy una persona bastante racional, analítica, y, aunque no me gusta, suelo andar por la vida como en un túnel donde sólo miro hacia adelante, no me fijo en detalles a mi alrededor, voy a la velocidad del ritmo de vida moderno y no me paro “a oler las flores”.

Pues bien, este año ha empezado la primavera y me empecé a sentir mucho más sensible en mi percepción. Y reflexioné en que otros años cuando me pasa eso, me alarmo.

Voy a explicar un poco más lo que se siente, para que se entienda: mejora el clima y los días se vuelven más soleados. Salgo a caminar cerca de casa y allí afuera todo son estímulos: se oyen pajaritos, los colores son vivos, las flores despiden olor, vuelan hojitas (¿o pétalos?) con el viento delante de mí…

Esto me saca de mi visión túnel, y empiezo a maravillarme con mi alrededor. Pero entonces a veces me sobrepasa, y una hoja que vuela con el viento me roza la mejilla y lo inesperado de la sensación me asusta. Y si llega a aparecer el miedo ya se empieza a poner todo más surreal. Y entonces aparece la alarma.

Esta primavera he decidido que sea diferente, he decidido no tener miedo. Pero no es sólo la parte sensorial que acabo de explicar, es también la velocidad del pensamiento: empiezo a encontrar chistes de palabras con mucha rapidez, empiezo a hacer asociaciones de ideas con brillantez, y otra vez, si se me va de las manos es cuando empieza a haber problemas. Si se me va de las manos, la cabeza acelerada me impide dormir, y el sueño es vital para mí.

El otro día desperté a las 3am y no podía dormir más. Me lo tomé de forma relajada, ese día trabajé desde casa (que puedo) y decidí seguir tranquila, procurando no darle cuerda a la aceleración, pero sin miedo ni alarma.

Mi esposo, que como comenté en mi post anterior, está en una onda espiritual (yo también), me aconsejó bajar la sensación de altas revoluciones, que sentía en la cabeza, de la mente al corazón.

En cabeza y corazón hay centros energéticos o chakras, y lo que estoy haciendo cuando no me siento del todo bien es propiciar la sensación de que la energía en mi pecho se expande, y la energía de mi cabeza baja a mi pecho. También propicio sensación de bienestar en el cuerpo, sintiendo que mi sangre se irriga de oxitocina, la hormona del amor y el bienestar, la hormona contraria al estrés.

Ya les contaré qué tal me va esta primavera, de momento volvió un poco el frío y mi percepción ha vuelto a la normalidad, pero la primavera es cambiante y supongo que volveré a tener sensaciones primaverales.

Estoy deseando experimentar la primavera de una forma más libre y alegre, más sabia y tranquila, y que esto represente un paso más para mí en mi crecimiento personal y manejo de esta condición.

Creo que otra cosa que está ayudando a esta evolución personal es la mejora que he hecho el último año en mi alimentación y en hacer ejercicio físico. Creo que un enfoque donde se miren todos los aspectos de la vida es el que mejor me está funcionando.

Se me ocurren en mí estas claves

alimentación

ejercicio

– manejo del estrés

– superación de traumas

– no victimizarse ni estar interesada en dramas

– no tomarme las cosas de manera personal

– saber que con mi mente, voluntad y la técnica adecuada puedo influir en la manera en que me siento

confianza en mí

– confianza en la vida

– cultivar emociones positivas

¿A alguien más por aquí le afecta la primavera? ¿Alguna experiencia que quieran comentar?

¡Los leo!

Una Vida más Espiritual

Voy a hablar un poco más de mi evolución desde el primer episodio psicótico que tuve, por allá en 2003, cuando me diagnosticaron trastorno bipolar.

No quiero extenderme mucho en detalles, sólo diré que estaba haciendo un curso avanzado de supuesto “liderazgo” y “crecimiento personal” que tenía procesos muy fuertes, siendo yo una persona muy sensible. Durante el curso empecé a presentar síntomas de que estaba perdiendo el contacto con la realidad y estos síntomas no fueron reconocidos ni bien llevados por las personas encargadas del curso.

Desde esa experiencia, luego de recuperarme y empezar a poder vivir con normalidad, me volví muy terrenal, mundana, materialista. No quería saber nada de “cosas raras” como meditación, vision boards, espiritualidad, energía.

Esto me causó algunas molestias con miembros de mi familia que, luego de que yo me recuperara, siguieron yendo a los cursos, que eran considerados por mí como una especie de secta.

Bueno, en los últimos pocos años, a mi marido le ha dado por ponerse “espiritual”, y esto resultaba muy incómodo y problemático para mí. Sentía que era una especie de castigo de la vida, que era algo malo que me estaba pasando, que me iba a tener que divorciar porque me estaba haciendo enfrentarme a unos temas que yo había descartado de mi vida.

Cada vez que he estado maniaca o hipomaniaca después de la primera vez, resurgen en mí temas de sensaciones, energías, conexión al universo, sincronicidades. Solía temer todo tipo de pensamientos y emociones en esta línea, porque solían anunciar una inminente crisis. En esas ocasiones de crisis cercanas me venía mucha emoción y el pensamiento: claro! Es verdad! Todo lo maravilloso más allá del mundo físico y todo eso que había estado descartando es verdad, por fin lo vuelvo a ver!

He estado todos estos años yendo y viniendo, relacionando temas metafísicos con crisis psicóticas, temiendo un poco el tema, y finalmente encontrándome de frente con el tema cuando mi marido empezó a meterse con esas cosas.

He decidido dar mi brazo a torcer y darle una oportunidad al tema meditación, energía y metafísica. Empecé a leer el libro “Becoming Supernatural” de Joe Dispenza, y estoy bastante contenta con todo. He experimentado con mis chakras y su energía, he sentido cosas y no me he alarmado. He estado en un estado en el que en otras ocasiones hubiera subido la medicación, y esta vez no me asusté, validé lo que sentía como algo plausible, continué con la medicación como siempre, y he vuelto a bajar a lo habitual y dejar de sentir toda esa energía. Sé que volveré a sentirla y lo disfrutaré sin asustarme.

He dejado de negar una realidad invisible, que no por percibirla de una forma distinta deja de ser real, y lo estoy disfrutando mucho. Hace que la vida adquiera otra dimensión y sea mucho más rica e interesante.

Para contar un poco cómo me sentí, sentía vibración en la cabeza, que era lo que más me preocupaba porque no era muy sostenible vivir perennemente con esa sensación. También empezaron a pasar “cosas buenas” en mi vida, era muy emocionante, porque todas las cosas que no estaba en mi mano que salieran bien, sobre proyectos y planes económicos, me estaban saliendo bien…. Todo funcionaba de manera fluida y perfecta, de verdad que daba gusto.

Creo que sintonicé con algo, ahora ya bajé un poco a la realidad a la que estoy acostumbrada, pero creo que son ciclos y la energía en grandes cantidades volverá. En la parte de ese ciclo en la que estoy ahora es momento de asentar, de trabajar con las oportunidades que se abrieron en esa expansión que tuve y de irme acomodando y acostumbrando a sentir y ser un poco menos mundana y material.

Es muy chulo sentirse así…. No puedo evitar pensar que a alguien que lea se le pueda ocurrir que estoy loca, pero estoy trabajando también en evitar ese tipo de pensamientos. Estimado lector: piensa lo que quieras, igual te aprecio.

Cognitivamente estoy bien, trabajando en mi empleo, con tareas analíticas. Emocionalmente también estoy bien, equilibrada y sin sobresaltos. Y mis cosas van sobre ruedas, estoy trabajando en confiar más en la vida y no frustrarme cuando las cosas no salen como lo había planeado y creía que deberían salir. Estoy viviendo cosas buenas, y estoy aprendiendo mucho, creo que el mejor antídoto contra la depresión es verle sentido a la vida…. Si no lo ves, hay que inventarlo, que no es trascendental que el primero que te inventes sea “el que es”, porque por el camino puede cambiar…. Pero inventarse algún sentido.

Le tengo mucho cariño a este blog y sus seguidores, y me encantaría hacer algo más con él. Últimamente todos mis post son “happy”, y no sé si ayuden a alguien o gusten. Si a alguien se le ocurre algo que pueda escribir y considere que pueda ayudar, soy toda oídos (ojos, en este caso 🙂 ).

Por otro lado, si alguien con trastorno bipolar también relaciona sus crisis con sensaciones “paranormales”, coméntalo, quiero leerte!

Gracias a los que han comentado. ¿Qué hacemos?

Debo confesar que en una época desinstalé la app que me permite hacer seguimiento de la actividad del blog y cuando la volví a instalar me encontré con un montón de comentarios que no pude responder como se merecen.

Ni siquiera los he podido leer bien todos, y me cuesta seguir un orden para ir leyendo y respondiendo.

Pido disculpas a todos los que se quedaron esperando una respuesta, tal vez logre responder a uno que otro, pero no puedo prometer que a todos.

Esto de la bipolaridad es complicado, y he visto gente que me lee a la que le gusta ver que hay ejemplos donde se puede llevar una vida bastante normal. Y es mi idea, poder compartir las cosas que me han funcionado a mí y sobre todo que las personas que duden de si pueden realizarse en esta vida sepan que es totalmente factible.

No digo que yo lleve una vida de ensueño, tengo mis momentos, pero soy bastante funcional, y quiero dar testimonio de que sí es posible ser madre, tener pareja, ser profesional, estar comprometida con la vida y cogerle el gusto a esto de existir.

Uno de los comentarios que leí decía de tener un grupo de personas con bipolaridad donde se pueda hablar con gente que lleve una vida funcional. Yo haría un grupo de whatsapp, pero necesito algo más anónimo, no sé si a alguien se le ocurre algo. También necesito que no sea un sustituto a la terapia y que no sea algo que me exija demasiado tiempo…. tal vez algo que ande solo, por los mismos integrantes, pero que pueda ser anónimo, pudiendo identificarme como «Mujer Bipolar».

Dejo abierta la pregunta de si participarían en un grupo para compartir experiencias y de qué se les ocurre hacer.

Un abrazo a todos/as,

Mujer Bipolar

Orgullo Bipolar

Hola, hace mucho que no escribo, tal vez por estar bastante estable y porque este blog ya cumplió un poco su función inicial que era desahogarme en momentos en que no podía tomar medicación por estar embarazada.

Pero bueno, el blog sigue siendo para mí un espacio abierto para escribir de mi experiencia como mujer con un trastorno bipolar y con la esperanza de que me lea alguien a quien pueda ayudar.

En este momento estoy bastante estable y siento cierto orgullo de tener la vida que tengo a pesar de tener trastorno bipolar: tengo dos hijas maravillosas, un hogar en armonía junto con mi esposo, un trabajo en el que me siento bien (algo aburrida, pero controlo el trabajo y me llevo bien con mis compañeros).

Durante la pandemia tuve que estar de baja porque estaba con muchas ganas de llorar y no me sentía capaz de trabajar, fueron unas tres semanas de baja y luego pude volver y no tuve mayor problema. Aunque no tenía la obligación de hacerlo, sentí que iba a estar más tranquila si le contaba a mi jefa el motivo de mi baja, y así lo hice. 

No pretendo recomendar a nadie que “salga del armario” de la bipolaridad en su ambiente laboral, ya que dependiendo del caso puede traer consecuencias no deseadas. Mi jefa se lo tomo bien, me dijo que no tenía la obligación de haberlo dicho, que ella en las bajas es muy respetuosa y no pregunta el motivo, y yo me siento más tranquila de habérselo dicho a ella.

A veces me siento tentada a salir del armario con otros compañeros de trabajo, pero no lo he hecho y estoy tranquila con esa decisión…. A veces me veo como una empresaria exitosa y soltar en alguna entrevista o presentación pública mi bipolaridad, y ser inspiración para otras personas con problemas de salud mental (que no son pocas), y en cierta forma sentirme orgullosa de mis logros personales y estar sobrellevando esta dificultad, aunque a cada quien le toca lo suyo y hacer vida con los problemas que le hayan tocado.

Ahora tengo varios proyectos entre manos, van despacio, pero creo que puede salir algo bueno de alguno de ellos.

Mucho ánimo a todos los que leen y sepan que siempre hay una luz al final del túnel. Busquen gente que los nutra, que los apoye y no se rindan…. Y si se rinden por un momento, no hay que culparse, busquen ayuda!

Aquí me tienen a la orden! 

Un abrazo,

Mujer Bipolar

Mis dudas

El tener trastorno bipolar después de tantos años del diagnóstico y con tantas experiencias vividas me hace a veces dudar demasiado de mi propia cordura y capacidad de juicio.

Hace unas semanas escribí el artículo “mi voz interior”, donde hablo de que redescubrí la voz que llevo dentro, y empecé a dejar de querer ignorarla, haciendo en cambio que fuera más amable conmigo y convirtiéndome, en la práctica, en mi mejor amiga.

Pues en estos días esa voz se ha desvanecido un poco y ha cambiado por una sensación de no querer hacer nada. Tan feliz que estaba yo creyendo que cualquier asunto psicológico que tuviera se iba a resolver hablando con mi voz interior…. Pero se volvió más intangible la voz, ya más que escuchar empecé a sentir desánimo.

Y es cuando viene mi duda de si todo lo que creí descubrir antes era simple efecto de la bipolaridad, o simple ingenuidad propia de una persona que procura mantenerse abierta a aprender y descubrir constantemente.

La duda me hace ver lo de la voz interior como un posible delirio…. Bueno, aunque, si quiero ser responsable y seria conmigo misma, creo que no puedo estar cortándome las alas con cualquier pensamiento poco terrenal que tenga, debo permitirme eso, porque ahí me siento bien y encuentro belleza.

Creo que hay cierto sesgo cuando me evalúo a mí misma, porque meto el factor bipolar y entonces me descalifico en ciertos aspectos. Y ¿saben qué? Que pienso demasiado, me evalúo demasiado, y eso era lo que trataba de evitar al hacer que “mi voz interior” fuera más amable.

Creo que voy a tener que trabajar más a fondo lo de tratarme bien. Ya esto viene de hace tiempo, me di cuenta hace ya meses de los beneficios de tratarme bien y ser mi mejor amiga, ya que soy la única persona que está todo el tiempo conmigo.

Creo que hay algo por dentro que trabajar un poco más. Ya estoy bastante bien conmigo, de verdad que he avanzado, pero hay algo que queda que tengo que ver qué es. Me decía una amiga el otro día que todos necesitamos querernos más, y sí, querernos más incondicionalmente y sin juicios.

Yo he trabajado últimamente en esa dirección, y me está ayudando «meditar» con este playlist de vídeos de El Método Silva (modernizado por la gente de Mind Valley y que está muy bien). Luego hablaré más de ello, pero por lo pronto puedo decir que dejé de fumar y estoy empezando a adelgazar con una de sus técnicas (Los vídeos con título «las tres escenas»):

Esta es la lista de Youtube, espero que la disfrutéis tanto como yo: https://youtube.com/playlist?list=PLidBZhmo2rX8LMOSpHMM-TPwY5Hz5SBiX

Me cuesta un poco volver a escribir en el blog, perdí el hábito y ya no sé de qué escribir, pero con un poquito de empeño creo que lograré retomar el ritmo y llevaros contenido que ojalá os aporte!

Hasta la próxima!

Mi voz interior

Vuelvo a escribir en este blog después de casi 4 años!!!

Ya tengo 45, y los años no han pasado en vano. Lo digo porque creo que en este tiempo he evolucionado, afortunadamente he crecido, y siento que he aprendido mucho.

Siento este nuevo post como cuando te tomas un café con esa amiga que tienes años que no ves, a la que le quieres contar muchas cosas y de la que quieres oír sus historias y las novedades de su vida.

No sé si todavía tendré público aquí, espero que alguien comente!

Una de las razones por las que dejé el blog fue que quería de algún modo distanciarme de la etiqueta bipolar, ya no sentía que me identificaba.

Ahora quiero volver y hablar de mi camino y mi crecimiento, quiero que las personas con trastorno bipolar, o alguna otra condición psiquiátrica, conozcan mi caso y vean que es posible llevar una vida buena, que tener esta enfermedad es una circunstancia de vida y que se puede superar, aunque creo que la clave está en dar con la medicación más adecuada para cada quien.

Iré contando poco a poco las cosas de las que me vaya apeteciendo hablar, pero hoy voy a hablar de mi último hallazgo en cuanto a mi crecimiento personal, auto conocimiento y relación conmigo misma.

Muchos (o todos?) tenemos una voz interior, es como nuestra propia voz que nos va diciendo cosas a lo largo del día. A mí me pasaba muchas veces que esa voz era un poco mezquina conmigo, me atrevería a decir que me hacía bullying: me criticaba, me juzgaba, me indicaba lo que debía hacer como lo “correcto” pero de una forma autoritaria y que me creaba conflicto.

Ni hablar de los momentos de crisis relacionadas a la bipolaridad, de depresión o hipomanía o manía. La voz podía ser bastante nociva para mí. Yo en mi camino de intentar aprender a vivir y hacerlo de la mejor manera posible, siempre intentaba ignorar a esta voz o hacerla callar, incluso a veces la enfrentaba y tenía como un diálogo interno bastante poco productivo y desgastante.

Pues bien, el otro día di con una idea que ha mejorado mucho mi día a día. Decidí no callar ni ignorar a esta voz. Decidí hacer que esta voz fuera amable conmigo. Total, la voz soy yo misma! Y soy una persona generalmente amable con los demás, así que decidí ser amable conmigo misma….. fue más fácil de lo que pensé, y ahora me la paso de buen humor, me quiero más y siento paz!

Todavía es un cambio muy reciente como para decir que resolverá todos mis problemas, pero hasta ahora ha sido un cambio muy agradable y lo siento natural y “mantenible” en el tiempo, no es forzado.

Claro, ahora estoy muy estable, así que ya les contaré cómo me siento y cómo aplico esta nueva forma de verme a mí misma cuando tenga altibajos o asuntos emocionales fuera de mi control provocados por alguna descompensación de la bipolaridad.

Si alguno/a de quienes me lee se anima a intentar esto o algo parecido, me encantaría conocer su experiencia! yo ya les iré contando cómo va la cosa a medida que pasa la vida.

Les comento también que estoy meditando, lo cual es un gran avance en mí, ya que mi primera crisis la tuve en uno de estos cursos de desarrollo personal en los que se medita y se tienen algunos procesos emocionales muy fuertes…. Siempre le eché la culpa a ellos de esa primera crisis, y sí hubo algo de eso…. Me daba alergia (miedo?) todo esto de meditar, pero lo estoy superando!

Hablaré de todo esto en mi próximo post, que ya esté se está haciendo largo. Es un gusto volver! Y espero que alguien me lea, que después de tanto tiempo espero que estéis bien y abiertos a leerme!

Una nueva amiga

Ayer estuve en casa de una nueva amiga a la que conocí a través de otra amiga.

Ella es psiquiatra y alguna vez me vio como paciente, aunque ella no se acordaba. Tiene dos hijas y ayer fui a su casa con mis dos hijas. Fue un poco un riesgo que corrí, la llamé hace poco para recordarle que hace muchos años me había visto como paciente y para preguntarle si me podía ver de nuevo. Fue muy abierta y me dijo que, como estamos en el mismo grupo de amigas, mejor me fuera a su casa con mis hijas y ya le contaba y hablábamos.
¡Hablamos de todo! De mi trastorno, de medicación, de altas capacidades -ella y sus hijas son también de altas capacidades!
Las niñas se lo pasaron fenomenal, y nosotras también. 
Yo tenía la idea de que los fármacos en psiquiatría funcionaban casi por casualidad, que se sabía muy poco sobre el cerebro y todo era prácticamente ensayo y error. Ella me sacó de mi ignorancia, me enseñó un libro súper grueso, con muchas ilustraciones de los neuro transmisores y cómo cada fármaco actúa sobre ellos, los distintos circuitos que hacen los neuro transmisores en el cerebro… muchas cosas interesantes.
En fin, que sí se sabe mucho del cerebro y cuando el psiquiatra receta un fármaco sabe el efecto que va a tener y los receptores del cerebro que se van a inhibir. Es un gran alivio saber esto. Yo fui con la idea de que me dijera que me iba a hacer más exámenes para confirmar si yo tenía trastorno bipolar, que me dijera eventualmente que me iba a recetar otra cosa, algo como el Topamax, que adelgaza.
Pues no, me dijo que estaba de acuerdo con lo que ahora tomo, que tal vez probaría con uno que suele regular más los picos hacia abajo, pero que cuando una medicación funciona bien con un paciente es mejor dejarla así.
Yo no sé mucho de los tipos de trastorno bipolar, pero ella me dijo que yo no tenía el tipo 1, que tenía más bien hipomanías, no manías fuertes. 
Me habló de la importancia del cortex prefrontal, que es la parte del cerebro que utilizamos cuando hacemos uso de la fuerza de voluntad. Que yo lo he aprendido a utilizar cuando hago esos tratos conmigo misma de estar alerta y aumentar un poco la medicación si me siento rara. Que es importante utilizarlo para hacer las cosas que quiero, para tener disciplina para hacer ejercicio y no excederme con la comida.
Le dije que tengo épocas en las que como más, pero no tengo registrado qué es lo que me produce esa ansiedad. Me dijo que estuviera pendiente la próxima vez para identificar qué es exactamente lo que me causa la ansiedad que me hace comer mucho.
Fue una tarde muy enriquecedora! Pudimos hablar a tantos niveles y de cosas de las que solo he hablado con amigas con las que tengo muchos años de amistad, amigas de la infancia. Me habló también de cosas personales de ella, proyectos, ilusiones, frustraciones.
No me pasa a menudo encontrar buenas candidatas para buenas amistades, y menos a esta edad. Estoy muy contenta con este hallazgo y hay otras amigas en el grupo, así que, aunque no necesariamente hablaré de cosas tan privadas con todas, me estoy abriendo a un grupo de mujeres de mi generación, profesionales y con familia, con muchas cosas en común, y eso siempre viene bien!
Me estoy conociendo más, aceptando más, entendiendo que sé lidiar con mi condición de salud, que mi voluntad es mi mayor fortaleza y sabiendo ejercerla puedo llegar a donde quiera.
He llegado hasta aquí en gran parte gracias a la psicoterapia. Gracias a mí misma, pero muy apoyada por las dos psicólogas que he tenido durante mi vida. Apoyada también por los psiquiatras, a ellos me cuesta más agradecerles, pero sin duda una buena medicación ha sido vital para superar esta condición.
¡Estoy contenta!

Yo en el universo

Todo empieza cuando me pongo alegre, voy estando más sociable y centrada, hasta que llega al punto donde soy la persona que quiero ser, mi ideal de persona inteligente, sana y alegre.

Por experiencia pasada, cuando me doy cuenta de este estado ideal, me da un poco de miedo y empiezo a estar más alerta a mis propios pensamientos, sensaciones y emociones.
Empiezan a venir recuerdos de la infancia, o del año pasado, o de ayer, o de hace un momento. Yo empiezo a armar un puzzle, ideas que convergen, algunas de ellas cobran sentido.
Esta vez salí de la oficina, al aire y al sol de afuera. Observaba, pero tranquila de saber que mi comportamiento no saltaba a la vista. Sabía que escuchaba: hojas de árboles, conversaciones, aire movido por personas desplazándose. Sentí mi alrededor y me sentí conectada a él.
Esto en mí es una sensación que asusta, tal vez por mis antecedentes. Siempre se habla de que todos estamos conectados, y quien quiere creerlo hace un acto de fe. Yo no necesito fe, yo lo he sentido.
No sé si hay personas que lo sientan todo el tiempo. Yo no. Pero cada cierto tiempo tengo esos momentos de “awareness”, y los disfruto hasta que mis pensamientos se aceleran más de la cuenta y viene la desilusión de necesitar unas pastillas para mantener una vida normal.
Está bien, lo acepto, uso las pastillas. Pero algún día no las necesitaré. 
El otro día fui a ver a una señora especialista en altas capacidades. Me habló un poco de lo que se trata ser una persona “de altas capacidades”. Somos personas que, de acuerdo a la convención, tenemos un coeficiente intelectual igual o mayor a 130. Este punto es un poco arbitrario, pero lo cumplo.
Supuestamente somos personas diferentes al resto. Esto me cuesta creerlo, pero las características que me dio me hacen pensar que sí soy diferente. Personas sensibles, de pensamientos muy activos, curiosas, que a veces se obsesionan con algún tema y dejan de dormir por ello.
La verdad es que en un par de momentos sentí desconfianza. La siento ahora: ¿y si me está describiendo características que cualquiera tiene para hacerme creer que soy especial y meterme en algún tipo de secta? Esto mejor se lo pregunto a mi marido.
Me gustaría estar descubriendo que soy especial, que cualquier problema de socialización en la infancia se debió a que en realidad era diferente, pero diferente bien. 
Me gustaría que asumir que soy “superdotada”, aunque suene a insulto de primaria, y esto me ayude a entenderme y buscar realización a través de explorar mis intereses.
No es que no haya buscado realización antes, pero esto me puede dar una nueva perspectiva y ayudarme a conocer mejor las dificultades que podemos tener las personas como yo.
Por ejemplo, la búsqueda de la perfección. Yo no me había dado cuenta, pero soy más perfeccionista de lo que pensaba. Aunque no se note el perfeccionismo desde afuera, a veces por dentro soy poco tolerante a mis propios errores.
En fin, estoy convencida de que voy a utilizar mi mente y mis pensamientos a mi favor, en lugar de enfrascarme en miedos y emociones negativas.
Continúo hablando de mi conexión con el mundo: me siento parte de la naturaleza, del universo, de la humanidad. Y siento que me muevo como un pez en un cardumen. Y siento que somos todos y todo parte de un ser vivo, de algo más grande. 
Y suena trillado, y es normal que suene trillado, porque no soy yo la única que ha sentido y escrito sobre esto.
¿Cuál es mi problema? Uno de mis problemas es la paranoia. Sentir esta certeza de ser parte de algo grande (me gusta llamarlo Dios), me asusta. Además me asusta despertar del awareness y que me digan que todo lo que siento es mentira, que yo me diga que es mentira.
La vida es verdad. Está demostrado para mí. Mi vientre me lo recuerda, porque ha dado vida. Es maravilloso, y no porque lo vivamos todos deja de ser especial.
¿Por qué lloro escribiendo esto? ¿Por qué me emociona tanto? No lo sé.

(Si te ha gustado o te identificas de alguna manera, comparte)

Topiramato o Topamax para el trastorno bipolar ¿opiniones?

Queridos lectores, escribo porque estoy un poco desesperada con mi peso.

Hace unos 3 años que estoy tomando una combinación de Clopixol con Trileptal y he pasado de tener tendencias maniacas (que aunque son poco convenientes son bastante entretenidas) a tener tendencias más bien depresivas… nuevas para mí y que me resultan tediosas e insoportables.

He aumentado un montón de peso, mi autoestima ha bajado, me deprimo a menudo los fines de semana, no al punto de pensamientos suicidas, pero sí lloro y estoy sin querer hacer nada, lo cual es molesto.

Últimamente se me ha metido en la cabeza cambiar de psiquiatra y de medicamento e irme con alguien que me recete Topamax (mi psiquiatra no quiere recetarme Topamax, dice que no está indicado para el TB).

Yo sí he oído que el Topamax está indicado para el trastorno bipolar, una vez otra psiquiatra me la recomendó, y además es el único medicamento de este tipo que adelgaza.

Estoy muy tentada a hacer este cambio drástico… ¿alguien me puede hablar del Topamax?

¡Gracias de antemano!

Salir a jugar

Hay gente que no puede estar sin hacer nada

Yo sí puedo

Hay gente que no puede leer en el salón si sabe que hay platos sucios por fregar en la cocina

Yo sí puedo

Hay gente que no puede acostarse a dormir sin cepillarse los dientes

Yo sí puedo

Hay gente que no puede llegar del gimnasio y meterse a la cama sin ducharse

Yo sí puedo

Puedo más que ellos, pero más bien no puedo nada. Muchas veces no puedo ducharme, no puedo cepillarme los dientes, no puedo lavar ni limpiar, no puedo hacer nada.

Puedo escribir y llorar, pero eso no me saca del no poder. Quizá más bien me hunde más. Puedo pensar y ser víctima de mis pensamientos, y pensar sobre mis pensamientos y cuestionarme si es posible cambiarlos, y no creerme capaz de cambiarlos. Y disfrutarlos como disfruto la sensación en el cuerpo cuando me acuesto sin ducharme ni cepillarme.

“Eres una floja”. Siempre fui inteligente, pero floja. Y no me avergonzaba, pero era parte de ese sentirme sucia y diferente.

Y escribir esto me hunde más. Tal vez debería escribir de maravillas para alegrarme.

Escribir del amor y de lo maravillosa que puede ser la naturaleza, la inteligencia humana asomando en el lenguaje y las ocurrencias de un niño que se desarrolla.

Escribir de belleza, eso no me da ganas de levantarme a ordenar la casa, pero tal vez me ayude a empezar a salir del hueco.

Las cosas son como son, yo puedo influir un poco en una parte limitada de mi entorno, pero las cosas no son culpa mía. No puedo cargar con tanta responsabilidad. Dar ejemplo es demasiada responsabilidad, es bonito cuando sale natural, pero cuando ves cosas de ti que no te enorgullecen y no puedes evitar hacer o dejar de hacer….

Afuera hay un cielo espectacular y un sol esplendoroso. Voy a hacer el esfuerzo! Voy a salir! Que estos días no son todos los días, que las oportunidades volverán, pero nunca será la misma oportunidad del día de hoy.

No puedo vaciar mi cabeza de pensamientos basura, pero voy a dejarlos pasar, voy a ignorarlos. Voy a aplicar el mindfulness y la meditación: yo no soy mis pensamientos ni mis emociones, las miro y las dejo pasar.

Voy a salir a jugar.