En estos días sospecho de una posible hipomanía, me he sentido muy feliz, con ganas de hacer cosas y empezar proyectos, con nuevas ideas que suenan geniales.
Es muy agradable y empiezo el día con mucha energía, pero también se me llegaron a ocurrir ideas… «Poco convencionales»… por no decir locas.Cuando me pongo así de tan buen humor, pareciera que el mundo es un lugar maravilloso… también me parece que detrás de tantas cosas buenas hay una conspiración, pero una positiva…
Como si toda mi vida yo haya estado a prueba y demostrando que soy «buena» y eso finalmente me esté dejando recompensas, que de alguna manera las buenas ideas y apertura de oportunidades estén viniendo a mí porque una «mano invisible» (o un conjunto de personas en esta y otra dimensión) lo pone ahí para mí porque supuestamente lo merezco.
Hoy ya se me han bajado un poco los humos sin tener que subir la medicación, seguiré observándome atenta, hablando con mi marido estas cosas, porque no me puedo dar el lujo de recaer ahora.
Sin embargo, no quiero abandonar las buenas ideas que han llegado a mi mente, que ya no suenan tan grandiosas, pero no son malas y no las quiero desechar.
También quiero aprovechar de ir escribiendo en este estado, para dejar un testimonio para mí misma (y a quien pueda interesar) a ver si empiezo a comprender un poco más estas subidas de ánimo… Para mí lo ideal sería poder sacarle provecho a la inspiración de estas etapas y ejecutar las ideas cuando esté en estado de eutimia, con más capacidad de enfocarme en ejecutar tareas.
Además, tal vez escribir en este estado me ayude a organizar mis pensamientos y desacelerar un poco la mente, entender, comprender y tranquilizar a la mente intranquila y sedienta de grandiosidad.
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