Así me siento.
No soy una adulta.
Pasé de vivir con mis padres a vivir con mi esposo. Tuve un par de oportunidades en la vida en que viví sola y me tocó ocuparme de mi, pero fueron periodos cortos. Cuando me tocó, lo hice bien, no fue mayor cosa.
Desde que me casé fui la parte desordenada de la relación.
Nuestros conflictos siempre han sido por eso.
No he tenido oportunidad de gestionarme sola. Tampoco, al parecer, he tenido muchas ganas.
Me toca mucho la moral no ser considerada una adulta funcional ni por mí misma. Aunque lo soy. Soy una adulta funcional, tal vez demasiado perezosa para meter la ropa limpia y doblada en los armarios.
Demasiado perezosa para limpiar los baños cada semana.
O tal vez tenga problemas de identidad: soy una millonaria latinoamericana viviendo en un cuerpo de española clase media. Podéis donar a la causa de recolectar $10.000.000 para mi operación de cambio de estatus económico.
Bueno, entre lágrimas necesitaba hacer ese chiste.
Me exijo y se me exige. Supongo que sobre todo me exijo. Me exijo no dar motivo para que nadie me reclame nada.
Ok soy un desastre. Soy inteligente, soy cariñosa, soy buena persona, pero soy un desastre llevando las cosas de la casa.
¿Eso es tan grave? ¿Merece mis lágrimas? No sé si las merece, pero las tiene.
De pequeña nunca hacía deberes. Era un orgullo pasar todas las materias sin estudiar.
Ahora me pesa la falta de disciplina. Había descubierto la constancia hace un par de años, era una palabra que me gustaba más. Pero también la perdí.
Quisiera dedicarme exclusivamente a querer a mi familia….. y a cumplir algún propósito de vida. Estoy segura de que mi propósito no es limpiar los baños.
A ver, retrocedamos en el tiempo. Siempre la discusión con mi esposo son las labores de la casa. Yo soy siempre quien no cumple su parte. Yo soy siempre a la que no le importa demasiado y la que no se da mucha cuenta de la falta de limpieza y orden.
Y me siento tan inadecuada por eso……
Es casi peor a que te digan que eres bipolar.
Será parte de una discapacidad?
Como sé que mi marido lee este blog porque está suscrito, le digo: soy así, imperfecta, señor don perfecto.
No le doy importancia a que mis hijas crean que me importa el orden (él sí). No quiero actuar ante ellas como alguien que no soy (porque resulta que hay que dar ejemplo).
Yo simplemente les digo que en la vida es mejor ser ordenada que no serlo, y que a mí me cuesta un montón porque no empecé desde su edad.
Me siento muy inadecuada.
Creo que estoy exagerando. Probablemente, sí…. Estoy exagerando. Pero son emociones válidas.
Mi esposo está sin trabajo. Me parece que está más susceptible….. yo también estoy susceptible. Él es más experto actuando como si nada, pero sí le afecta.
Yo he querido darle su espacio, pero parece que he estado ignorando mis propias emociones.
Mañana (bueno, hoy, que son las 3am) es Nochebuena. Viene toda la familia a casa.
Mi esposo va a cocinar alguna cosa riquísima. Toca dar un poco de orden al salón. Si sigo llorando y sin dormir no voy a tener fuerzas para ordenar.
Presión por todas partes.
Autoexigencia
Ni deprimirse puede una tranquila porque esta mujerbipolar.com viene con sus exigencias y su machaque constante.
Vamos a ver lo bueno, a ver si puedo dormir.
Esposo con el que puedo hablar. Creo que me quiere aunque a veces es difícil hablar con él
Hijas espectaculares
Padre y madre vivos, con los que cuento
Hermanos con los que cuento
Tías, primos…. Todos geniales.
Amigos contados con los dedos de las manos, pero buenos amigos
Capacidad intelectual
Capacidad para observarme, aunque hoy me sobresalten las emociones.
Un trabajo que me paga un sueldo decente. Aquí es cuando quiero despotricar del trabajo, pero no corresponde porque hay que tener buena vibra y ser agradecido.
Ganas de cambio
Salud (aunque la mental hoy está en duda)
Sentido del humor (creo)
Amor. Especialmente por mis hijas. Y bueno, es un poco cliché que hay que empezar por quererse uno mismo. Me lo han dicho tanto que lo tengo como un axioma que no necesita comprobación.
Amor propio. Debajo de toda la autoexigencia, me quiero.
Soy mi persona más cercana, la responsable de mí misma. Tengo la escritura y tengo este blog. Hace tiempo decidí ser mi mejor amiga y en este momento esto tiene pinta de conversación incómoda con mi mejor amiga.
Vamos mujer, trátame bien. Me sigo cayendo bien. Solo estoy pasando por unos días difíciles.
Cómo me gustaría ponerme espiritual y sentir que todo está bien porque estoy conectada al universo y a la fuente de todo.
Alguna vez lo he sentido. La primera vez que lo sentí, me subí la dosis de medicación jajaja…. También era porque todo me conmovía (en modo agradable) y me hacía llorar. De ese modo me era imposible trabajar.
Quisiera no necesitar trabajar. Parece que la vida me dice que hay que esforzarse. Yo quisiera vivir con el mínimo esfuerzo, pero parece que hay que poner de nuestra parte.
En estos días me dijeron que el árbol de mangos no se esfuerza por dar mangos, ni se anda preocupando “me llegara suficiente agua? Mis raíces estarán bien? Daré buenos mangos este año?”.
No, la mata de mango simplemente es. En su naturaleza está que dé sus frutos, su sombra, su oxígeno; no tiene que hacer esfuerzos por cumplir su propósito.
Entonces en qué quedamos? Hay que esforzarse o hay que ser como la mata de mango?
Constancia.
Paciencia.
Confianza.
Conexión.
Bueno, creo que me voy a centrar en esta última palabra, que me hizo clic y me dio paz. A ver si ahora sí puedo dormir.
Gracias a los que leen, perdonen la chapa.
¡Estamos en contacto!
Un comentario en “Triste y asustada”