Noto que los altibajos son menos altos y menos bajos. Estoy mejor.
Llevo unas 3 semanas de baja y creo que vuelvo a trabajar la semana que viene.
Sigo sensible, pero ya menos. Soy sensible, o suelo serlo.
Con mi psicóloga hablando la semana pasada, quedamos en que era una buena idea coger un tren en busca del mar. Yo había soñado la noche anterior con que estaba viendo precios de billetes de tren, así que no dudé y me puse a ver los precios, hablé con mi marido y me vine sola a Alicante lunes y martes.
El mar es maravilloso. La noche me daba miedo, y sí, lloré un poquito, pero dormí desde temprano y desperté descansada.
Tengo unos anfitriones que me tratan súper bien.
Quiero vivir en Alicante frente al mar. Tal vez algún día se haga realidad.
Me siento mejor, eso es lo más importante. Escribo desde la playa, el sol empieza a calentar y era lo que me hacía falta. El sonido del mar, el calor del sol…. Aquí a la gente le gusta hacer ejercicio, jugar voleibol, pasear a perros. Me gusta el ambiente.
También vine en buena época, no hay mucha gente.
Disfruto.
Y cuando vuelva al trabajo y los estresores tiren de mí, recordaré este calorcito en mi piel, este sonido, esta sensación en el alma.
Afortunada de este momento. Por muchos más así!