– Vengo de una cena. Bebí un poco de vino y la pasé genial bailando y conociendo gente nueva.
– Vuelvo a trabajar el martes, ya tengo el alta
– No me entusiasma volver a trabajar, pero tampoco me preocupa
– Parece que están despidiendo gente en mi empresa y me entusiasmé con que me despidieran y capitalizar el paro para mi proyecto y mientras vivo de la indemnización del despido.
– Si eso pasa, no sé si voy a reaccionar como tengo en mi cabeza: de manera emprendedora y con ganas. Pero es lo que tengo en la cabeza.
– Salió el sol en Madrid, lleva un par de días adecentándose el clima. Eso me sube el ánimo.
– Estoy haciendo el plan de viabilidad de mi proyecto. Tiene buena pinta. Por experiencia, sé que el papel y las proyecciones en Excel lo aguantan todo, pero yo creo que es muy buen proyecto y con buen futuro.
– Amo y adoro a mi marido. En diciembre me molestaban cosas absurdas como que se ocupara de las cosas de la casa antes de que yo pudiera reaccionar y ocuparme. Ya eso no me molesta, y además me instalé un chip de estar un poquito más pendiente de las cosas a mi alrededor y no sentarme a ver el móvil frente a él mientras se ocupa de cosas. Él es muy lindo, siempre me ha apoyado. Nos gustamos, nos queremos, nos reímos juntos. Y siempre habrá cosas que nos irriten del otro, especialmente en momentos de estrés. Pero nadie dijo que un matrimonio de 20 años era cosa fácil…. Y seguiremos resolviendo lo que surja.
– La vida tiene altibajos, y para alguien bipolar son un reto mayor que para los que no lo son.
– Parece el final de esta reciente crisis. Me pegó fuerte. Creo que he aprendido y crecido mucho en estos meses. También he sufrido. Dos citas: “El dolor es inevitable y el sufrimiento es opcional” y “el sufrimiento viene cuando te resistes a lo que es, a lo que te trae la vida”. Bueno, no son exactas las citas, pero es la idea. Yo sufrí, y probablemente volveré a sufrir en esta vida. Aunque el sufrimiento sea opcional, es que me resisto, es que no es fácil soltarse y dejarse llevar por los altibajos de la vida. No es fácil confiar en que al final todo se resolverá y estarás bien, en que ninguna situación es el fin del mundo.
– Pero he aprendido. No como para poner los aprendizajes en palabras, pero esto ha sido una sesión de entrenamiento emocional heavy. Un crossfit emocional. Tal vez no sea “he aprendido” sino “me he entrenado”.
– Me gusta la persona que soy, y me gusta que me guste. Me gustan las palabras que salen de mí cuando escribo, me encanta escribir.
– Creo que me llevo conmigo la sensación del placebo (o no placebo) del ansiolítico. No lo estoy tomando (ni me gusta ya tomarlo), pero estoy más relajada. Esto me servirá para la vuelta al trabajo. No pienso estresarme por estupideces de las que no dependen vidas humanas.
– Buenas noches, lectores bipolares, normales, acompañantes y curiosos.
– La vida parece más intensa para los bipolares. No me consta, porque no he sentido la vida más que como yo misma. Esa intensidad es una moneda de dos caras, pero la cara amable me gusta mucho: sientes que realmente estás viviendo. A veces pierde intensidad y es un bajón. A veces hay dolor y ese también es intenso…. Pero es así.
– No sé por qué le estoy poniendo guión a los párrafos 🤣. Quería enumerar mis ideas, pero hay párrafos tan largos que se ve raro. No voy a quitar los guiones
– Buenas noches de nuevo, lectores, lectoras y lectoros, de todo género y generación.
– Los quiero
– Chao
– Mujer Bipolar.-
PD: Mi mamá muy bien. Ella cada día mejor y yo relacionándome con ella de forma más amorosa. ESAS SÍ SON las cosas importantes.