
Queridos lectores,
La última vez que escribí aquí estaba en plena crisis profesional/laboral.
Quiero contarles que finalmente renuncié al trabajo. Fue lo más liberador que he hecho en mi vida. Hablé con la que era mi jefa y me sentí súper empoderada diciéndole: es que aquí no soy feliz, no puedo seguir perdiendo el tiempo aquí….. ufffff! No tiene precio cómo me sentí al decir eso.
Les cuento que a la semana de renunciar mi marido consiguió trabajo. Además, he conseguido la prestación por desempleo y mi idea es capitalizarlo para emprender un negocio. Todavía estoy definiendo todo, pero me siento tan ilusionada y tan bien, que si lo llego a saber antes, hubiera renunciado sin pensarlo.
Ahora estoy en un proceso de crecimiento a nivel de consciencia: estoy estudiando a David Hawkins y todo lo que dice con respecto al nivel vibracional de las emociones.
Estoy aprendiendo a percibir mis emociones, aprender qué quieren decirme, qué vienen a enseñarme para después soltarlas, observarlas y desvincularme de ellas. Estoy entendiendo que las cosas que pasan, por sí mismas, no tienen significado, sino el que les damos.
Mi mayor reto desde siempre ha sido la intensidad de mis emociones, y con esto que estoy aprendiendo estoy logrando dejar de ser una víctima de esa intensidad. Estoy apartando al ego y descubriendo quién soy realmente, esa alma dentro de mí, esa observadora de mi vida. Que no soy mis pensamientos ni creencias, ni mis emociones ni mi cuerpo, ni mi profesión, ni mi rol de mamá, de esposa, de hija, de ingeniero.
Soy más que eso, soy mi consciencia. Busco permitirme disfrutar de la vida. Estoy tocando en un grupo de música, estoy participando en un taller de escritura, estoy procurando estar presente en lo que quiera que haga en cada momento y menos metida en mi teléfono y en la adicción a las redes sociales.
No es perfecto, no siempre avanzo, a veces tengo algún bajón que no sé gestionar, pero voy viviendo con otra perspectiva, aprendiendo cosas de mí, y sobre todo sintiéndome empoderada, sabiendo que puede que yo no vea solución a una situación, pero siempre hay soluciones creativas si nos abrimos a no sostener siempre los mismos pensamientos ni caer en los mismos bucles.
Comento que sigo tomando la medicación. La medicación facilita muchas cosas.
Comento también que fue muy liberador dejar el trabajo, fue un poco un salto al vacío, pero es que también estoy aprendiendo a confiar. Confiar en que tengo capacidades, en que tendré sustento. A lo largo de estos meses de incertidumbre económica siempre salía dinero de alguna parte cuando lo necesitaba: ganaba en la bolsa, me devolvían dinero de impuestos, le decían a mi marido que después del paro podía cobrar algo por tener hijas.
Y bueno, estoy sostenida y cuidada. Y ahora muy ilusionada con el nuevo emprendimiento. Con mucho trabajo por delante, todos los días tengo reuniones y actividades, y eso está muy bien.
Bueno, sólo me pasaba por aquí para contarles las novedades. Si están sintiéndose vapuleados por la vida, conecten de nuevo con su poder personal: tienen el poder de cambiar las cosas que no les gustan. A veces nos cegamos y no vemos salida, pero siempre hay maneras creativas de salir de las situaciones.
Mañana les comparto un extracto del libro de David Hawkins “el poder frente a la fuerza” que resume las distintas emociones y su nivel de vibración, desde las más bajas hasta las más altas.
De hecho, por cosas que escribe Hawkins sobre sí mismo, pareciera que hubiera sufrido algo de bipolaridad. Él describe que sentía estados sublimes de consciencia y dicha indescriptible. Tanto así, que le impedía funcionar en el mundo normal. Seguido de perder esa sensación y entrar en la desesperación de ya no sentirse así. A mí me recuerda a mi propia experiencia viviendo estados eufóricos para luego verlos seguidos de bajones y de decepción por pensar que todo lo sentido en la euforia era mentira.



